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Mostrando entradas de 2010

Nuestras geografías

Lo dijo una vez Goethe, probablemente durante aquellos días en que Napoleón se ahogaba de imperialismo: "Prefiero la injusticia al desorden". Seguramente ya intuía la definición que un siglo después se popularizó de la boca de Groucho Marx: "La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados". La política, como dijo una voz anónima una vez, también es el arte de obtener el dinero de los ricos y el voto de los pobres con la promesa de proteger a los unos de los otros. La política es ese culebrón que anega las portadas de los periódicos y las cadenas de televisión, esa telenovela que se escucha de fondo en el comedor, a la que nadie presta especial atención, pero que no encuentra una competencia mejor en otro canal. En Canarias, ese serial cuenta estas semanas que el Partido Popular, henchido de ideología y compromiso, no pudo mantener su noviazgo repetido en la historia con su socio de G

La última cocacola

De repente, vas a un concierto tan vibrante como multicolor, pasas la hoja de un libro tremendamente adictivo, observas el punto y final con la angustia que provocan las despedidas grisáceas, degustas el dulce de leche de un alfajor bajo un cielo nuevo, te pierdes por calles que no terminan de resultarte desconocidas, compartes miradas añejas y saboreas un nuevo comienzo con la incertidumbre de otros tiempos. El mundo sigue pasando. No da treguas. Las redacciones siguen dando cuenta de la degradación de los bolsillos, de las miserias que se atisban en el horizonte, de la zozobra de esta comodidad, de cómo se han dejado de pagar las cuotas de la patente del estado del bienestar. El paisaje ha cambiado pero los kioskos son la evidencia de esta globalización: nadie escapa a una información que viaja a la velocidad de la luz. Todo eso lo pensaste la víspera de aquella huelga general mientras las hemerotecas te recordaban, o te enseñaban, que la convocatoria de paro era un hito en la hist

Los muros que nos separan

La pirámide poblacional se reformulará. Los expertos ya advierten de los efectos de este cambio: no existe otra fuerza mayor capaz de determinar el futuro de la salud económica nacional, las políticas públicas y las políticas nacionales como el ritmo incansable al que envejece la sociedad. Este "boom" de la población anciana podrá destrozar presupuestos y decorar una crisis mayor que la que el mundo desarrollado ha afrontado. Algunos gobiernos han empezado a seguir la senda marcada por los economistas. Aumentar el tiempo de cotización, subir la edad de jubilación y entregar "facturas sombra" con el coste que un ciudadano supone para la seguridad social. Ninguna medida ha sido acogida con entusiasmo. Ni las banderas que enarbolan los políticos en pro de hacer más sostenible el sistema a medio plazo ni las epopeyas bíblicas de unos empresarios altivos que quieren que el pueblo llano deje atrás sus logros sociales. Las manifestaciones en Francia han dejado patente qu

Las cosas chiquitas

Con querer no basta. Si fuera suficiente, 33 mineros chilenos no tendrían que compartir una lata de melocotón y sentir que el almíbar no es suficiente para endulzar el ensayo sobre la ceguera al que se han visto obligados. Si el querer moldeara toda la historia, un infiltrado no habría asesinado a dos guardias civiles españoles y a su intérprete. Si el querer fuera un verbo con tanto significado como autonomía, la cooperación internacional no sería carne de terroristas, arma de políticos y germen de la desazón popular. La última telenovela ambientada en el subdesarrollo, con protagonistas españoles y final hollywoodiense, ha recordado los peligros que planean sobre la solidaridad. Ha sacado del baúl de los recuerdos el debate sobre los límites de la bondad no profesional y la gestión de la buena fe más allá de las fronteras que hoy marcan las banderas. Claro que la realidad tiene efectos que desconoce la ficción. Siete millones de euros para que Albert Vilalta y Roque Pascual abracen d

Millones de mundos

Vallas fronterizas construidas con dinero comunitario, deslocalización de la acogida de menores inmigrantes, miedos avivados, legislaciones imperialistas y reinterpretación de los derechos humanos. A finales de siglo, España se convirtió en la puerta de entrada de la inmigración con destino a Europa y el Viejo Continente acabó levantando su arsenal mediático y jurídico para frenar lo que quisieron denominar avalancha humana. Muy lejos quedaban ya los colonialismos, más tarde imperialismos, que fraguaron en parte las dos guerras mundiales. Cuando la crisis dibujó nuevas jerarquías de prioridades, y ya no hubo tantos extranjeros surcando el mar en busca de un oasis que no hallaban en su desierto sin espejismos, las agendas políticas dejaron de mirar con preocupación hacia África. Hoy, sin embargo, muchos expertos hablan ya de la próxima bomba demográfica: El Magreb. No la vislumbran demasiado lejos y sí muy cerca de una España que no está preparada para afrontar esta realidad. Saben que

Ética de calderilla

Querido espectador: Sé que cada día acompañas tu modorra de sobremesa con el griterío de la tele, que tus siestas se han acostumbrado a esa melodía de fondo, que Belén Esteban es la constante de los días laborales y la perversión de los largometrajes de clase B el somnífero de los domingos. También que los telediarios dispensan unidireccionalmente muertes en Afganistán, destinos paradisíacos, lluvias sorpresivas, devaneos de políticos corruptos (¿acaso los hay decentes?), nuevas ‘zonas cero’ y goles estivales. Todo ello mientras tu jefe abofetea tus sueños a primera hora de la mañana y tú imaginas un ábaco que te resuelva los agónicos finales de mes que cada día 15 empiezas a sufrir. Así, el menor de tus problemas es si Telecinco decide emitir una serie sobre aquella desgracia que sacó al país del letargo de un agosto, como todos, colonizado por las sombrillas. Recuerdas que fue hace dos años, que de repente todas las parrillas fueron una y Barajas se pareció mucho a ese fin del mundo

Héroes y villanos

Lleva ocurriendo desde hace tanto tiempo que no se sabe cuándo comenzó con exactitud. Los seriales rociados de sentimentalismo y desprovistos de dignidad se han apoderado de teles, periódicos y radios. Es frecuente. Es habitual. No es normal. Es paradójico vivir en un mundo que se enzarza en arduas batallas sobre la prohibición o no de las corridas de toros (debate muy legítimo) pero no se percata de la miseria que lo ahoga cuando se publica, con todo detalle, la muerte de Antonio Puertas, cuando la ciudadanía se convierte, encantada, en juez de sobremesa. Un fallecimiento que casi parece formar parte de un puzzle: era la pieza que faltaba para que todo cuadrara, el resultado de una justicia extraña. El agresor del profesor Neira se ha disputado estos días el primer puesto de las noticias más leídas con los supervivientes chilenos (afortunadamente, todos). La sobredosis –ya adjudicada- que le quitó la vida, en un madrileño piso donde la prostitución es más que habitual, terminó de re

El periodismo de la crisis

Se escucha en las calles, en las mesas de los aromáticos cafés, en las cromáticas librerías de hoy y en los periódicos que aun destilan la tradición de ayer. ¿Acabará Internet con el papel? El ocaso del imperio de lo impreso anuncia su fin. Lleva años haciéndolo.Primero, con tímidos hipervínculos en aquella Red que diluía fronteras con un simple click.Luego llegó su hegemonía. Un ordenador en cada hogar y la universalización de la información consagrada como logro de una civilización que cabalgaba a lomos de la imparable tecnología. Mientras toda esta historia se escribía en los libros, sólo hubo tenues lamentos, aderezados con alguna transformación que se quedaba obsoleta cuando aun se estaba fraguando. Fue la crónica de una muerte anunciada, pensaron muchos. Creyeron que era la tecnología la que había arramblado con la esperanza que se respiraba en las redacciones de los periódicos. Que el mundo corría más deprisa, y que igual que las impresiones coetáneas estaban muy lejos de la pri

Lenguas y marcianos

Dicen que el destino depende, en primer lugar, de los estadistas. Luego, de los intérpretes que dedican su vida a dilapidar las connotaciones que esconden las palabras patentadas por cada lengua. Así y todo, hay sensaciones que, simplemente, no encuentran equivalencia cuando se traspasan las fronteras con las que la orografía, y los idiomas, han dibujado la cartografía de estos días. Ellos se esfuerzan en esculpir similitudes, en derruir los muros construidos tras siglos de historia, pero los vocabularios y las gramáticas siguen batallando por su parcela de originalidad. Esta guerra, rociada de un romanticismo tan lícito como necesario, ha pasado a un segundo plano desde que la sección de Política de los periódicos se ha adueñado de la palabra lengua. Ya no es patrimonio de esa cultura que reivindica su lugar entre las últimas páginas de los vetustos periódicos, que insiste en demostrar que hasta la melodía de una palabra lleva adheridos sentimientos. Los políticos, armados con conce

Analfabetos políticos

Ya lo dijo Bertolt Brecht: “El peor analfabeto es el analfabeto político. No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. Es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política . No sabe que de su ignorancia nace la prostituta, el niño abandonado y el peor de todos los bandidos: el político corrupto, mequetrefe y lacayo del gran capital”. Ése que recorre organismos a bordo de su coche oficial, que nunca lleva monedero porque no lo necesita, que inventa soluciones mágicas y da lecciones de educación desde un despacho al que llegó gracias a una excedencia eterna, cuando era muy joven aún. Apenas cotizó en la Seguridad Social antes y se labró un futuro a base de lealtad partidista. Se agarró a la silla de cuero de su despacho con fuerza y sólo la abandonó cuando le esperaba otra más cómoda, en otra oficina, con mejores vistas si cabe, o un salario engordado por algún plus difuso. Ahora no parece que estos puestos, que siempre llevaron cosido e

Corazones de tiza

Primero no tuvo nombre, luego fue doméstica, más tarde machista y, ahora, de género. Copó portadas mientras el mundo buscaba el vocablo perfecto, capaz de constreñir todo el dolor de las víctimas y de acaparar la esencia trágica de tantas vidas anónimas, rasgadas por el terror, sepultadas tras la oscuridad del horror. Se quiso un término alejado de cualquier reminiscencia pasional, propia de un cine que, sin querer, caía en la insensatez de la desidia, de las justificaciones veladas. La semántica no debía permitir que las culpas se ponderaran y los responsables fueran menos protagonistas de la desdicha.En medio de este camino, incluso, se creó un polémico Ministerio de Igualdad, que quiso ser la sede donde se fraguara la fórmula química de la equidad que la Historia no había encontrado a través de los siglos. Esta semana, ese mismo departamento presentó un informe que no encontró hueco en medio de la alegría de una España finalista en el Mundial, la historia de polis y ladrones de Alic

Jóvenes

Hipnosis para dejar de fumar, adelgazar, acabar con la ansiedad y dormir. Libros de autoayuda para encontrar metas difusas, hallar esperanzas y buscar finales felices. La vida moderna ha ideado un sinfín de técnicas para armonizar el alma y el espíritu, ha beatificado a Paulo Coelho y ha dibujado su canon de belleza, pero aún no ha sido capaz de pintar otra realidad. Las calles cuentan que la gente sigue comprando cajetillas de cigarros en cada kiosko, sufriendo estrés incontrolado y padeciendo insomnio. También que sabe menos cómo imaginar un destino cada vez más dietético. Las estadísticas repiten a destajo que el mundo está cambiando, que las barricadas en las ciudades son cuestión de días y de hambre, y que la precariedad está dibujando un mañana aterrador, alejado del presente que muchos padres pensaron para sus hijos en aquellos años 90. Los jóvenes no se movilizan, destierran de sus intereses las banalidades de la política, se refugian de sus vidas en vasos llenos de absentismo

Las cuentas del fracaso escolar

Insostenible, alicaída y sin brújula. La educación española lleva décadas repitiendo los mismos errores, alimentando el fracaso escolar, desperdiciando capital humano y deteriorando el futuro de su economía. Lejos de corregirse estos indicadores, los últimos años han mostrado un escenario desolador. Canarias, emblema de este desastre, ha vuelto a quedar en vergüenza después de que elMinisterio de Educación publicara esta semana la Evaluación General de Diagnóstico 2009, un estudio donde se analizaron las competencias de los alumnos de cuarto de Primaria en todo el Estado. El Archipiélago está entre las tres comunidades con peores promedios. Pero, ¿qué implica este desfase? El resultado es obvio: mayores tasas de fracaso, de abandono y de repetidores. Y, ¿cuánto le cuesta eso a la Administración? A largo plazo, el paisaje es espeluznante: la estructura socioeconómica se ve vapuleada por la ausencia de titulados superiores capaces de encauzar el modelo productivo. A corto plazo implica u

Los culpables

Muchos nacieron a finales de los años 60 en un sur salpicado de plátanos, con padres que daban la bienvenida al día desde una finca en la que se tostaban al sol abrasador. La misma que los despedía cuando el crepúsculo traía la noche. Vieron cómo sus familias sobrevivían, a veces explotando tierras que la herencia les dejó; otras, trabajando el suelo de unos propietarios ajenos a sus miserias. Así crecieron ellos.Muchos, cuando cumplieron 16 años, cambiaron las aulas por una obra. El turismo había prometido socializar muchos lujos y nadie quería quedarse sin ellos. Durante más de dos décadas colocaron tantos ladrillos como para dibujar una isla nueva. Se casaron, tuvieron hijos y llegó una crisis, que se llamó global, pero que tuvo mucho de local. De repente sus días de madrugones y sus sueldos alejados del mileurismo, se volatizaron. Ocuparon un lugar en las interminables listas del paro, demonizaron al Gobierno y se agarraron a las raquíticas prestaciones que aún garantizaba el Estad

Ojalá

Con el calor que desprendían los brazos de su madre y con apenas veinte días. Así entró por primera vez en una sala de cine. Se adentró en aquel panteón de la imagen sin saber que allí descubriría la incertidumbre musicada que Hitchcock escogió para su vértigo, sin imaginar que quedaría fascinado para siempre por los sonidos que aquellos vetustos altavoces desprendían y que haría de la música un arma con la que disparar balas de retórica en un mundo que monopolizaría el don para esquivarlas. Con el tiempo, su devoción se convirtió en insignia de una época que se quiso llamar revolución.Durante décadas defendióCuba del imperialismo asfixiante, despertó pasiones y patentó la banda sonora del comunismo. Una guitarra y su voz liderando la trova cubana traspasaron fronteras sin necesidad de salir de una isla convertida en paréntesis de la historia. Esta semana logró el visado y aterrizó en Estados Unidos para alabar a los yanquis y agasajar a Obama con palabras. Hace tiempo que su voz gotea

El Estado del Bienestar se arrodilla

Dice la historia que hoy no hay trincheras que surquen la geografía española, ni bandos que bifurquen todo un país. Sin embargo, España libra estos días un nuevo conflicto. Se llama "economía de guerra" y amenaza con dejar a su paso un sector público tan herido como para alumbrar una sociedad con derechos dilapidados. Los presupuestos se han vuelto repentinamente raquíticos, las administraciones hacen malabares para cuadrar las cuentas y el Estado del Bienestar patentado está cerca de ser un sucedáneo de sí mismo. Canarias es el paradigma de estos desastres que se vislumbran en el horizonte: es la comunidad autónoma con mayor índice de paro de toda Europa y su tejido productivo está, por ende, lejos de ser competitivo. A ello hay que añadir que fueron las Consejerías de Educación y de Sanidad las que tuvieron que asumir el recorte al que obligaron los Presupuestos de 2010. Ambos departamentos acaparan más de la mitad del presupuesto total de laComunidad Autónoma y ese hecho l

Superpotencia

Eran días de dolor transfronterizo, de ciudadanos acomodados que tenían tiempo para gritar en las calles, de guerras que ocurrían en Oriente Medio, y que dejaban damnificados morales en España. Una de esas tardes de primavera gris, quizás después de que algún B-52 minara de muerte Bagdad, José Saramago ocupó su papel de intelectual y se dirigió a todas aquellas personas que inundaron carreteras y plazas para exigir la retirada de las tropas y el fin de esa democratización sangrienta bajo la excusa de acabar conSadam Hussein: "En el mundo existen dos superpotencias. Una es Estados Unidos; la otra eres tú, la opinión pública". Esa sentencia se convirtió en el baluarte de un movimiento espontáneo, que no se repitió cuando los soldados españoles viajaron hacia su siguiente misión. Hoy, estos soldados convertidos en misioneros de la paz pasan las hojas del calendario en un Afganistán donde el terrorismo y la estrategia geopolítica se dan la mano. Pero ese día que marcharon, no hub

Un funcionario

Quería estudiar Periodismo, pero se tuvo que conformar con hacer Derecho. No viajó a la península para cumplir su sueño. Se despidió de Los Cristianos para mudarse a La Laguna a finales de los años 70, una ciudad universitaria ubicada a 80 kilómetros de aquel sur olvidado en el mapa, que en esos tiempos estaba separado por abruptas carreteras que se traducían en cuatro horas de viaje. Cumplió fielmente con el plan de estudios, cinco años después se licenció, no sin que el fervor utópico que desprendía Cuba desde la lejanía lo embriagara. Se casó. Trabajó como funcionario de prisiones durante intensos años en los que vivió la fuga de Dámaso Rodríguez, fue testigo del mes en que el fugitivo hizo del monte de Las Mercedes su escondite y de cómo la Guardia Civil acabó con su vida de un tiro en la boca. Entonces ya había nacido su primera hija y los días libres con que se premiaban las jornadas de nocturnidad en la cárcel, los empleaba en volver a estudiar. Su mujer, mientras, se llevaba de

"Hoy comprar discos es un acto de militancia"

Lleva casi 11 años reconociendo públicamente que siente vértigo ante el infatigable paso del tiempo. Sin embargo, Ismael Serrano puede mirarse sin tapujos al espejo sabiendo que puede seguir soñando despierto, que no ha traicionado a Wendy creciendo y que los paraísos desiertos existen más allá de la imaginación. Anoche presentó su último trabajo (Sueños de un hombre despierto) en Puerto de la Cruz. Sus palabras demuestran que sus batallas íntimas son, probablemente, las mismas que un día lo llevaron a cambiar las aulas de la Facultad de Física por los escenarios. No aprendió a descifrar los enigmas del universo pero, a cambio, se ha dedicado a inyectar grandes dosis de sensibilidad a una sociedad "inmune ante las tragedias cotidianas". En los últimos tiempos se habla de un cambio en los mercados.Antes había pocos artistas que vendían miles de copias; hoy son miles los artistas pero las cantidades son más limitadas.. "Yo creo que lo que ha ocurrido es simple y sencillo:

Fito Páez: "Las canciones no te cambian la vida, te recuerdan lo que olvidaste"

(Entrevista publicada en abril de 2009) Cuentan que el hombre inventó infinidad de mitos en un intento de argumentar las complejidades que el mundo iba alumbrando. Su protagonismo fue tal que todavía hoy muchas de esas deidades perviven en el imaginario colectivo. Sin embargo, hay países donde ha germinado tanta genialidad que los panteones, simplemente, han tenido que reinventarse. Argentina, escenario donde la decadencia no eclipsa al esplendor, conoce muy bien los entresijos de los delirios humanos. El país ha demostrado que la esencia de la genialidad casi siempre necesita un toque de locura. Desde Julio Cortázar hasta Maradona, pasando por Jorge Luis Borges, la nación que comparte la Patagonia sabe demasiado de crisis, pero también de desbordante creatividad. En medio de esta vorágine donde la locura y la fantasía se entrelazan, vive Rodolfo Páez Avalos, Fito Páez (1963, Rosario). Con 46 años a sus espaldas, el artista que ha internacionalizado parte del pop rock argentino traerá

Drexler: "Hay que tener puntos de fuga, pero no un destino fijo"

Chaqueta gris, camisa negra, una guitarra y algo de incertidumbre. Así se subió al ‘escenario’ del aula Magna de la Facultad de Económicas de la ULL Jorge Drexler. Vino invitado por la FundaciónEmpresa de la ULL a disertar sobre la ‘emprendeduría’ - "una palabra que no existe en el diccionario y que precisamente eso es lo que le da su significado"-, pero cantó lo que le pidieron de su repertorio, un capricho de Bob Marley y silbó mucho para suplir la ausencia de banda. Y la sala silbó torpemente con él, después de saber que "hay que perder el miedo al ridículo". Sintetizó su filosofía vital con un carpe diem a la uruguaya patentado por el cantautor doctor en Medicina: con parsimonia y delicadeza, como sus canciones, que destilan tranquilidad, emoción contenida, historia, y, sobre todo, pasión y enormes dosis de espontaneidad. "Hay que estar pendiente a los elementos con que nos toca batallar: una palabra, una vocación o una voluntad. Y de ahí tirar de una madej

Velos, tangas y leyes

"El velo convive con el tanga, pero en Francia los dos están prohibidos en la escuela”. La síntesis corresponde a Tzvetan Todorov, que hoy disertará en Tenerife sobre las fronteras que la propia participación ciudadana, desmotivada y con demasiados miedos a cuestas, sobrevive en la democracia actual. Lo hará acompañado del politólogo Sami Naïr justo cuando la polémica de Najwa, una niña que ha tenido que dejar de asistir a clase por llevar velo, se ha convertido en tertulia de intelectuales, pero también de sobremesa. Mientras Francia inicia la odisea para legislar el uso del burka, en España el desencuentro se abre, de manera tímida, con alguna pintada obscena de tintes racistas a las puertas de las aulas, con menores decididas a defender la ‘libertad’ religiosa de la pequeña y con una desorientación política que no ayuda demasiado. “No me lo quito porque no quiero”, se defendió Najwa. “No me gusta ningún velo, pero hay que abogar por la tolerancia”, respondió en los medios de c

Nacionalistas somos todos

Billetes económicamente sostenibles, equipaje liviano de precio y, ahora, más acceso al empleo público. La ultraperiferia es la esencia de la política canaria en Europa, un argumento capaz de hacer más corto el océano que separa al Archipiélago del continente, pero también de corromper parte de un sistema de derechos pervertidos. El Gobierno canario está decidido a reservar las listas de sustitutos sólo para residentes canarios. En tiempos dominados por la ley de la selva, los gobiernos se olvidan de la unidad teórica que promulga el Viejo Continente a diestro y siniestro, y optan por recolectar votos inventando ayudas que arrastran incontables damnificados anónimos. Hubo un tiempo en el que inmigrantes llegados de Galicia o el Sur de América decían adiós a sus familias buscando un futuro mejor en unas islas que se observaban demasiado cercanas a África. Matricularon a sus hijos en nuestras escuelas, inyectaron mano de obra imprescindible para construir las infraestructuras que el turi

La nueva ficción española

Si un aneurisma cerebral no se hubiera llevado repentinamente a David Mills, un periodista que pulverizó de periodismo el guión de la revolucionaria The Wire , tal vez habría mirado hacia España con la curiosidad de quien descubre algo nuevo. Quizás habría sentido el pálpito de hallarse ante una sociedad enigmática, proclive a escribir argumentos cinéfilos con la indiferencia que otorga la genialidad y la espontaneidad de la ignorancia. Apenas habría tenido que fijar su atención en el estrambótico caso de un juez que quiso desentrañar las miserias que cobijaba el franquismo y que fue perseguido, juzgado y condenado o absuelto (según tendencias) en plena calle, sin necesidad de subir al banquillo. Las asociaciones de memoria histórica movilizaron a los damnificados de un proceso cruel, pero también -queriendo o no- a todo aquel dispuesto a cambiar un posicionamiento por una dosis gratuita de sensibilidad. Las redes sociales, convertidas hoy en baluarte de una democracia pueril, reclutar

Prósperos

Prósperos, acomodados y cultos. La Dictadura los castigó con frenesí cruento pero, a cambio, la vanagloriada TransiciónEspañola los agasajó con un futuro prometedor. Una renta per cápita envidiable, diversidad lingüística reconocida, un legado competencial en crecimiento constante y una cultura cosmopolita capaz de desafiar, sin correr riesgos innecesarios, a capitales europeas ubicadas a miles de kilómetros a la redonda. Cataluña se forjó su atractivo a fuego lento, con mucho amor propio y ansias de superación. Hoy los sondeos dicen, sin embargo, que la convivencia está rasgada por el silbido de la xenofobia. Una encuesta publicada por El Periódico advierte que la igualdad está muy enferma en esta geografía española diezmada por una crisis que sólo deja escarcha en las neveras y esqueléticas éticas. Una percepción que ya se vislumbró cuando el Ayuntamiento de Vic quiso no empadronar a los inmigrantes. Las cifras cuentan que el 64% de los ciudadanos está de acuerdo con la controvertida

Nuevos genios

La historia se ha empeñado en contar que la genialidad no encuentra barreras a su paso, y que si la destreza de Charly García delante de un piano era evidente a los seis años, su escaño en el panteón del rock en español estaba escrito ya en alguna parte. También el papel de André Bretón como padre de un surrealismo que daría la vuelta al mundo, el de Salvador Dalí -que patentó su excentricidad con un pincel entre sus dedos-, el de la reciente galardonada con el Nobel de Literatura Herta Müller -armada con un lápiz y un comunismo cruel en sus entrañas-, o el de Pablo Picasso -a quien el cubismo lo ha definido hasta estos días-. No es patrimonio del dinero el don para sembrar el desconcierto, la pasión o la vocación. De hecho, suele tener más capacidad de pervertir los delirios que al final transforman algunos mundos. Así y todo, el esfuerzo de sociedades enteras, decididas a rellenar la brecha de la diferencia, impulsó el Estado del Bienestar garante de políticas sociales y de oportunid