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Fito Páez: "Las canciones no te cambian la vida, te recuerdan lo que olvidaste"



(Entrevista publicada en abril de 2009)


Cuentan que el hombre inventó infinidad de mitos en un intento de argumentar las complejidades que el mundo iba alumbrando. Su protagonismo fue tal que todavía hoy muchas de esas deidades perviven en el imaginario colectivo. Sin embargo, hay países donde ha germinado tanta genialidad que los panteones, simplemente, han tenido que reinventarse. Argentina, escenario donde la decadencia no eclipsa al esplendor, conoce muy bien los entresijos de los delirios humanos. El país ha demostrado que la esencia de la genialidad casi siempre necesita un toque de locura. Desde Julio Cortázar hasta Maradona, pasando por Jorge Luis Borges, la nación que comparte la Patagonia sabe demasiado de crisis, pero también de desbordante creatividad. En medio de esta vorágine donde la locura y la fantasía se entrelazan, vive Rodolfo Páez Avalos, Fito Páez (1963, Rosario). Con 46 años a sus espaldas, el artista que ha internacionalizado parte del pop rock argentino traerá su emotividad cargada de brío al Auditorio de Tenerife el uno de mayo. ‘No sé si es Baires o Madrid’, su último trabajo grabado en vivo en el Palacio de Congresos de Madrid, recordará canciones de otros tiempos y melodías recientes. Parco en palabras, Páez habló por teléfono con DIARIO DE AVISOS y en la conversación se mpeñó en no ser una ‘voz autorizada’: “Yo sólo soy un músico que ha tenido suerte y al que la gente ha escuchado”.

- En España, a pesar de compartir idioma con Sudamérica, siempre parece que los artistas latinoamericanos han de pagar un peaje muy caro para entrar, salvando excepciones comerciales concretas.. Sin embargo, no ocurre lo mismo con los anglosajones…
“La verdad es que no sé por qué ocurre eso. Eso tendríamos que preguntárselo a un psicólogo o un sociólogo... Yo toco el piano, soy un hijo de vecino al que, por suerte, le ha ido bien. He tenido en el mundo gente que me ha escuchado, pero no podría responder a esta pregunta”.

-Le ha escuchado tanta gente que ha tenido un éxito incalculable en Argentina, cuna de las mejores figuras del rock en español. ¿Considera
que ahora mismo Argentina está viviendo un momento de efervescencia
cultural o de decadencia?
“Argentina es un lugar de efervescencia inventiva diría yo... Hasta hace algunos años Argentina mantuvo la tradición de seguir inventando cosas maravillosas en la música popular. Ahora mismo está en un ‘stand by’. Cuando una historia tiene un siglo hay que dejarla estar un poquito. Las cosas han decaido un poco, no hay la calidad inventiva de antaño".

-Pero, ¿confía en que haya músicos que persigan la estela marcada por Charly García, Spinetta o usted mismo?
“No, yo no he hecho nada, yo soy un hermano menor de ellos. Gracias por ponerme en la misma categoría (ríe). Y no sé que pasará.. Vamos a
ver cómo evolucionan los muchachos. El gran maestro es el tiempo, el tiempo te pone en tu lugar. Es la única forma de ver dónde los coloca”.

-A usted el tiempo lo ha puesto en un buen lugar. Ha vendido millones de discos, ha sido galardonado con un grammy latino..
“La verdad es que estoy guapo y las chicas todavía me miran…”

-Bueno, eso es importante...
“Es lo más importante (ríe)”.

-Después de toda una vida dedicándose a la música –ha interpretado registros que van desde el rock hasta el tango- ha tenido tiempo para llegar al estrellato musical y dirigir dos películas… ¿Cuáles son los próximos retos de Fito Páez?
“No, es que no hay retos. Vas jugando. Tanto la música como el cine son dos lenguajes que te permiten jugar, experimentar. Hay que dedicarles tiempo y amor. Ahí se me va la vida, además de en criar a mis hijos”.

-¿Y cómo cree que está influyendo otro instrumento de comunicación, como es Internet, en la valoración de la música por la sociedad?
“La verdad es que no lo sé. Me parece que es un canal de comunicación maravilloso pero, por otro lado, Internet es una democracia decadente. Todo el mundo habla y opina, dice y pone, y es una suerte de democracia, como decimos acá, barreta”.

-¿Quizás gracias a ella la gente ha creído que la música es gratis y debe ser patrimonio de la humanidad?
“Bueno, en realidad la música en sí es un bien inútil, no sirve para nada salvo para las personas que, como a nosotros, nos gusta sentarnos en silencio a disfrutar una hora de Bethoven o una hora de Charly García. Después, el negocio que sucede con ese fenómeno extraordinario que es el lenguaje musical, se me escapa de las manos”.

-¿Para que la música guste debe ser el reflejo de momentos históricos concretos o su misión es atrapar sentimientos más pasionales?
“Yo lo que creo es que para hablar de eso hay que tomar un trago... Eso es lo que creo (ríe)”.

-Hace cosa de un año en una entrevista dijo que la revolución de Cuba ya se detuvo. ¿Es mejor alternativa el capitalismo actual?
“Hablar de esto en una entrevista es una falta de respeto para la gente (ríe). Me parece que nadie puede calentar la silla durante cincuenta años. Eso me parece. Las cosas en Cuba andan, no andan.. Así es la vida del mundo, de las familias, de las personas… Cuando un movimiento se instala de forma tan radical, hay algo que no está
funcionando bien. Sobre todo si se llama revolución”.

-En Cuba se ha visto mucho como artistas –por ejemplo, Silvio Rodríguez- se han posicionado mucho con una causa política. ¿Cómo observa lo que ocurre hoy en Estados Unidos -o incluso en España- donde determinados artistas se alinean claramente con un partido?
“No, no comparto esta tendencia. Yo soy del partido de mis hijos. Por ese partido voy”.

-En una de sus canciones, ‘Al otro lado del camino’, dice textualmente: “Yo ya no pertenezco a ningún ismo”. ¿La gente vive hoy prisionera de determinados ismos?
“Creo que ya no… Y los que siguen en los ismos son gente aburrida en general. No pueden pensar el mundo complejo como lo es y enrevesado como lo es. Cualquiera que se ponga en un ismo se está perdiendo algo. Y si te colocas en un ismo y te estás perdiendo algo, no puedes decir nada certero, porque no hay nada certero. Cualquier ismo hoy, a estas alturas del camino, es ingenuo”.

-En tiempos en los que todo el mundo habla de crisis, ¿qué efectos augura para la creatividad artística?
“No creo que afecte de ninguna manera, porque la música se hace en soledad, dentro de una habitación y ahí no entra nadie. No necesitas, ni siquiera, tener un piano o una guitarra… Los músicos escriben con un lápiz y un papel”.

-El comportamiento de la música, sin embargo, es muy complejo. Por ejemplo, cuando hace décadas, Ariel Rot y Andrés Calamaro llegaron a España se hicieron un hueco indiscutible en la escena musical de este país. ¿Cuál es la diferencia entre esos años y ahora? Los grupos argentinos de hoy no llegan..
“No lo sé (ríe). No lo sé… Me nombraste justo a artistas de gran valía. Ariel y Calamaro son artistas maravillosos... Les habría ido bien en cualquier lugar del mundo”.

-Entonces, ¿no hace falta nacer en Seatle, Liverpool o Manchester para
ser un líder internacional?
“Es que no hay que ser líder internacional de nada. Lo que tienes que hacer es contar tu historia... Contar lo que ves del mundo. Contar si tienes ganas primero y luego hacer que eso sea interesante, simpático, dramático, que tenga algún interés. Luego, en qué letra esté hecho, en qué idioma, la verdad es que no interesa... Nos gusta Chèjov, nos gusta Atahualpa Yupanqui, Violeta Parra, Prince, Thomas Mann... Yo qué sé. Nos gusta un montón de gente, toda la que va con el corazón y con rigor”.

-¿Tiene pensado colaborar con alguien en un próximo trabajo?
“Es que las colaboraciones salen cuando estás trabajando. Te encuentras con alguien y colaboras, no se planifica”.

-¿Y algún proyecto musical a corto plazo?
“Sí, grabar un disco en junio”.

-Además de música, también se ha adentrado en el mundo del cine. ¿Qué ha podido expresar a través del cine que no haya podido con una canción?
“¿Cómo cuentas un ambiente en una canción? Es decir, un ámbito. No se puede. ¿Cómo cuentas un relato que lleva mucho tiempo? No se puede... Es muy difícil, casi imposible. La canción es un género nacido para lo inmediato. Por supuesto que si la canción es hermosa y está bien hecha, eso perdura en el tiempo pero, aún así, contar un relato o un disparate en el cine es diferente”.

-¿Cree que todavía la gente escucha una canción y le 'cambia' la vida como antes?
“¿Cómo antes? (ríe) ¿Qué edad tienes? No, no, las canciones no hacen nada más que acompañarte durante toda tu vida... En algún que otro caso, cuando funcionan muy bien, te pillan en el medio de un robo y te hacen sentir como la magdalena a Proust. Te hacen sentir que hay algo ahí tuyo y, si lo olvidaste, te lo recuerdan”.

-Bueno, por lo que se ve tiene un montón de proyectos nuevos.. Hay Fito Páez para tiempo.
“Claro, imagínate.. Y ahora, estando soltero, más todavía...”

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