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Mostrando entradas de octubre, 2013

El presente no puede esperar

Los números, por mucho que se dividan por dos o por tres, siguen siendo muy duros. Hace solo unos días, la consejera de Empleo, Francisca Luengo , cuantificó en 55.000 los parados que se verán afectados por la inevitable disminución de ayudas después de que se aprueben las cuentas estatales para 2014. Su estimación coincidió con la publicación de un informe de la agencia Randstad que coloca a Canarias como la segunda comunidad con más parados de larga duración y advierte de que el 66% de los desempleados lleva más de un año buscando un trabajo. Seguramente todas las cifras son ciertas. Sin embargo, los porcentajes pasaron disimuladamente por los titulares de los periódicos. La repetición siempre logra ese efecto atenuante: la ausencia de novedad termina por adormecer. Ocurre con todas las tragedias, no importa el tipo. Esa ausencia de novedad es lo que explica que las quejas de los dirigentes canarios se diluyan incluso cuando tienen razón. Hay quien dice que mirar para atrás no tien

#LaFiestadelCine: El precio sí importa

Un incremento de asistencia de un 550% de un lunes a otro. Dicen que una imagen vale más que mil palabras, pero en el caso del cine -que esta semana anda de celebración- los datos son más impactantes que las imágenes de largas colas que han alegrado las secciones de Cultura de los periódicos. No es la primera vez que ocurre. Una vez al año, desde hace cinco, las salas se unen en su lucha contra el descenso de espectadores y venden entradas a bajo coste . En esta ocasión, en plena crisis y con la austeridad dictando las prioridades, un millón y medio de personas solicitaron su acreditación para escaparse de la rutina y colarse en una de las salas adheridas a la iniciativa. El breve paréntesis, que solo se prolonga durante tres días, demuestra que las declaraciones recientes del ministro de Educación y Cultura, José Ignacio Wert, -“yo no habría subido el IVA pero el verdadero problema es la piratería”- son, como mínimo, discutibles. El precio influye tanto como la defensa personal y c

Comunismo intelectual

Pagar o no pagar. Desde que Internet cambió nuestra forma de consumir el cine y la música, el reto ha sido el mismo: lograr que las descargas ilegales no se conviertan en la única fórmula para democratizar la cultura. El debate, sin embargo, se ha estancado, y la llegada de la crisis ha hecho que las oportunidades de reavivarlo se esfumen. La crisis ha puesto el candado a cientos de salas de cine, ha recortado el número de conciertos -especialmente en las ciudades pequeñas- y ha convertido el teatro en una actividad casi testimonial. Los empresarios son incapaces de hacer frente al IVA, el público fiel no puede permitirse los pequeños lujos de otros tiempos y la gran mayoría entiende que la propiedad intelectual es el nuevo campo experimental del comunismo . A fin de cuentas, si se puede ir al cine sin levantarse del sofá y a coste cero, ¿para qué ir? ¿Dónde está el incentivo? Escribía Emilio Lledó días atrás que la música no solo amplía y enriquece nuestra capacidad de sentir, sino

El derecho a veto

Cuando Libia se convirtió en un caos, la comunidad internacional exigió una respuesta y Naciones Unidas acabó invocando el principio de la responsabilidad de proteger . Fue un hecho histórico. Hasta entonces la promesa de que Ruanda, Sbrenica o Camboya no se repetirían era solo teoría; nunca se había llevado a la práctica. Se pudo hacer porque ninguno de los cinco miembros del Consejo de Seguridad -Reino Unido, Francia, Estados Unidos, Rusia y China- utilizó su derecho a veto. En el conflicto sirio no ha ocurrido lo mismo. Los cinco ni siquiera se han sentado en la misma mesa: saben que no habrá acuerdo, que sus intereses particulares no permitirán que haya consenso y que la guerra siria seguirá su curso sin una acción coordinada. Cada vez que Naciones Unidas tiene que tomar una decisión de este tipo se repiten las mismas cuestiones: ¿hasta qué punto es legítimo que un solo país pueda imponer su voluntad al resto? ¿Cuándo se reformará la estructura del organismo encargado de velar po

Marca personal

Las redes sociales son el lugar perfecto para comprobarlo: vivimos en la era del envoltorio. O lo que es lo mismo, en un mundo donde el continente le ganó la partida al contenido. Sucedió sin que nos diéramos cuenta. El marketing ya se había apoderado del lenguaje mucho antes de que las nuevas tecnologías transformaran nuestros hábitos, pero nunca antes había ocurrido lo que está pasando ahora. Internet nos ha demostrado que sin una marca personal no eres nadie, no existes. Pero, ¿cómo se crea esa imagen? ¿Qué similitudes tiene el narcicismo digital con el nacionalismo de hoy? Escribía hace unos días Antonio Muñoz Molina que el nacionalismo actual es kitsch y que “el kitsch es el imperio de los aspavientos incontrolados de la emoción y la sensibilidad, de la desproporción entre la sustancia y el envoltorio, del subrayado inexistente, del golpe de efecto seguro por encima de la sugerencia”. Su definición del sentimiento independentista me recordó inevitablemente el comportamiento d