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Mostrando entradas de enero, 2015

Los impostores

A Javier Cercas le costó años decidir si escribiría la historia de Enric Marco, un nonagenario barcelonés que se hizo pasar por un sobreviviente de los campos de concentración nazi y que fue desenmascarado en 2005, mucho tiempo después de que se hubiera convertido en presidente de la asociación española de víctimas y en conferenciante estrella. La historia le planteaba un gran dilema: no sabía si era correcto o no retratar a un hombre que había hecho del autoengaño y la mentira una forma de vida y que había generado tanto dolor entre los familiares y las víctimas reales del Holocausto. Habló con historiadores y escritores, conoció al propio Marco mucho tiempo antes de decidir que contaría su invento, vio en primicia el primer documental que se hizo sobre el personaje, conversó con uno de sus creadores, y siempre llegaba a la misma conclusión incómoda: si acababa firmando ese libro, si entrevistaba incontables veces a Marco, tendría que ponerse en su lugar, debería hacer lo posible por

Las listas

Hay algo perverso en hacer listas. Cada vez que un año termina los suplementos culturales de todos los periódicos elaboran relaciones de las mejores novelas, ensayos, discos y hasta palabras. Además, si tienen tiempo y expertos suficientes, terminan de pulir esas listas añadiéndoles el criterio geográfico o el estilo. Las mejores canciones de rock en castellano, los ensayos extranjeros más impactantes, los intelectuales iberoamericanos más influyentes, las noticias más relevantes en la esfera internacional y hasta la palabra española más destacada. Antes de empezar un nuevo año necesitamos archivar bien el anterior; así, una vez que echemos la vista atrás, podremos saber exactamente cómo fue 1983, 1992 o 2014: qué leímos, qué escuchamos, qué ocurrió, qué nos dijimos. La manía de enumerar fechas, sonidos o textos es un mecanismo artificial para luchar contra la pérdida de memoria. Hay fechas que no se olvidan, acontecimientos que, para bien o para mal, quedan grabados. Pero hay un con