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Mostrando entradas de septiembre, 2012

No es una lucha de clases

Decía Alexis de Tocqueville que solo en un gobierno democrático los que votan por un impuesto pueden escapar de la obligación de pagar. Llegó a esa conclusión en pleno siglo XIX, pero su clarividencia sirve para comprender la falsa lucha de clases en la que nos dicen que andamos metidos. En los últimos tiempos, la palabra justicia aparece mucho en las conversaciones. Vivimos una crisis cruel que ha obligado a cambiar los discursos, a rescatar palabras que aún pronunciábamos, pero que creíamos patrimonio de otras épocas. Casi a la vez han aparecido nuevos conceptos. Hoy hablamos del copago -farmacéutico, universitario, legal…- como única receta exportable para mantener los vapuleados estados del bienestar. Los que tienen un poco más deben (re)pagar más para poder mantener los servicios sociales. Suena bien, pero ¿eso no lo habíamos inventado ya? ¿La justicia distributiva no se garantizaba con un sistema de impuestos progresivo? El uso y abuso del lenguaje hace que las pal

Canarias, en la encrucijada del Sahel

Un millón y medio de personas, 830.000 kilómetros cuadrados y el fundamentalismo islámico campando a sus anchas. Malí ya era un estado fallido antes, pero los acontecimientos de los últimos meses han terminado de convertir el norte del país en un santuario terrorista. Esta zona, controlada por Al Qaeda, amenaza seriamente la seguridad de Europa y, por ende, de Canarias. Carlos Echeverría, un experto en terrorismo yihadista que dirigió el programa Understanding Terrorism para el departamento de Defensa de Estados Unidos (EE.UU.), sabe que si no se controla la inestabilidad del Sahel (zona transición entre el desierto del Sáhara en el norte y la sabana sudanesa en el sur) esta situación puede generar problemas relacionados con inmigración, terrorismo y tráfico de drogas. “Se trata del desafío de seguridad más importante y más difícil de gestionar en África”. El investigador aplaudió las declaraciones del ministro de Asuntos Exteriores, García Margallo, que el martes vi

La dictablanda del lector

Decía Manuel Jabois en una entrevista que el primer deber del columnista es pasar de los lectores. “Creo que de los lectores hay que pasar y dedicarse uno a estar satisfecho consigo mismo y su trabajo (…). Cuando firmas una columna lo normal es que algunos lectores te quieran separar las patitas para mirarte el sexo y ver de dónde vienes. Hay quien está acostumbrado a leer para que se les dé la razón y eso no está mal, porque cada uno lee el periódico como le conviene”. Es difícil decir esto en los tiempos que corren. El lector, transformado en cliente, siempre ha tenido la razón. Antes uno escribía sin tener una idea precisa de hasta dónde llegaba su público. Podía publicar en un periódico de ámbito local con la esperanza de que unos cuantos lectores se detuvieran en su espacio y se percataran de las motivaciones que estaban depositadas en ese pequeño texto. Las redes sociales han transformado este proceso: no es que hayan acercado al periodista hasta ese público difuso, es que h