El Papa recuerda a Gustavo Cerati. El titular es de la revista Efe Eme, una de las pocas publicaciones de actualidad musical que sortea las complicaciones del mercado y que cada mañana llega a mi buzón de correo (electrónico).
Hoy me ha sorprendido con esa curiosa noticia. Es sólo una anécdota, pero ha hecho que inmediatamente tenga la necesidad de escuchar a Gustavo. No recuerdo cuándo lo descubrí, pero como tantos otros rockeros argentinos llegó a mí gracias a mi padre. Sí recuerdo, en cambio, el momento en el que me enteré de que había sufrido un infarto cerebral después de dar un concierto.
"El exlíder del mítico grupo de rock de los ochenta y noventa Soda Stereo tuvo que ser ingresado en un hospital de Caracas", decía El País. "Al artista le fue diagnosticado un "evento vascular isquémico" con asfaxia de expresión y problemas en el habla". Tenía 51 años.
Fue hace ya tres años. Desde entonces vive postrado en un cama. Todos supimos en ese instante que jamás volvería a subirse a un escenario y que sólo nos quedarían los discos y los vídeos.
Siempre que su nombre se cuela en la actualidad me vuelve a doler.
Decía el Papa en esa carta que "el acostumbramiento nos va archivando la vida. Y la vida sigue. Espera. Desaparece y vuelve a aparecer. El archivista más cruel es el olvido. Tenía razón nuestro Borges cuando nos decía que ‘solo una cosa no hallé: es el olvido’".
Pues eso, que hay cosas que una nunca puede olvidar.
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