Ir al contenido principal

Las canciones de la crisis



Es curioso. Hay canciones que siempre terminan en el mismo lugar: en ese cine -hoy cerrado- al que tanto fuiste. Las escuchas y las ves. Alguien decidió que fueran la banda sonora de alguna película, y tú incorporaste música e imágenes a tu vida. Otras canciones también llevan fotogramas adheridos, pero esos sí son de tu propia vida. En un momento determinado tuviste la necesidad de escuchar, sin tregua, aquel disco que tenía la extraña capacidad de serenarte y animarte. Años más tarde, lo escuchas y las sensaciones son muy parecidas a las de entonces. Por eso hay canciones que dejamos de escuchar y otras que nunca pierden su capacidad terapéutica.

La historia, igual que las personas, también tiene su música. ¿Te has preguntado cuál será la música de la crisis de nuestra generación? ¿Quién ha querido dejar constancia de esta década perdida? ¿Qué evocan? ¿Miedo, desazón, enfado...? ¿Qué canciones podemos recuperar para la Gran Recesión? ¿Qué canciones nos han contado ya las mismas miserias?

Aquí tienes algunas canciones, pero me gustaría que, si te animas, me ayudes a completar la lista.


1) Elvis Costello: "Debes saber que en “National ransom” hay una verdadera tristeza y, si se me permite decirlo, resignación sombría e incluso angustia"




2) Ismael Serrano: "Mis canciones responden a un momento de crisis"





3)Bruce Springsteen: "¿Dónde están los ojos con la voluntad de ver? / ¿dónde están los corazones que practican la misericordia? / ¿dónde está el trabajo que hace mis manos y que da libertad a mi alma? / ¿dónde está la promesa de un mar resplandeciente, de costa a costa?"




4)Luis Eduardo Aute: "No habrá ni ganadores ni perdedores, sólo habrá que sobrevivir, arrimar el hombro, tener en cuenta al vecino y dejar de mirarse el ombligo"




5)Pink Floyd: "El dinero es un crimen. Repártelo con justicia pero no toques mi parte del pastel
El dinero, según dicen, es la raíz de todos los males hoy en día. Pero si pides un ascenso no te sorprendas
si no quieren soltar nada".




6) The Beatles: "Déjame que te explique cómo va a funcionar esto: será uno para ti, y diecinueve para mí, porque yo soy el recaudador de impuestos, y si un cinco por ciento te parece poco...da gracias de que no me quede con todo".




7)Patti Smith: "Cada noche antes de ir a la cama, quisiera encontrar un boleto, ganar la lotería
cada noche antes de descansar mi cabeza, ver los billetes de dólar rodando por mi cama, oh cariño, eso significaría tanto para mí, sé que nuestros problemas desaparecerían..."



Comentarios

  1. sí, definitivamente me gusta esa selección.

    ResponderEliminar
  2. Lo que muchos ciudadanos y gobiernos querrían en momentos como los que describen estas canciones: una máquina de hacer dinero. Cortesía de Sr. Chinarro. https://www.youtube.com/watch?v=_ceSi_uvq2o

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Mezquino azar

En las estanterías de cualquier bazar, situado en una céntrica calle de una capital europea, se amontonan las baratijas más variadas. Todas ellas, señuelos de la identidad de los países, sustentan la pequeña economía impulsada por los turistas desmemoriados. Una flamenca, un toro y una tortilla. Una Torre Eiffel, un Arco del Triunfo o el Moulin Rouge. El Coliseo, Vittorio Emanuele o Piazza Navona. La ingeniería de la miniatura es capaz de albergar cualquier símbolo con esencia patriótica. Si uno busca más allá de esos muestrarios que creen constreñir la esencia cosmopolita, se pueden hallar, también, creaciones más localistas. Una cutre Sagrada Familia o un Miró a pequeña escala pueden terminar en el salón de casa. Todas, amontonadas en cualquier esquina, están buscando con afán atraer la mirada del espectador, engatusarlo. Justo lo que intenta hoy hacer el nacionalismo. Lo que nadie se imagina es al vendedor, herramienta indispensable de este mercado, obligando a pagar por un trozo de

Por qué García Márquez odiaba las entrevistas

A Gabo no le gustaban las entrevistas. Hace años contó por qué. Se dio cuenta de que las entrevistas habían pasado a ser parte absoluta de la ficción, y que en ese camino, además de perder originalidad, se había permitido que aflorara la más burda manipulación. No sé exactamente la fecha, pero sí que han pasado ya más de 30 años desde que el Nobel de Literatura argumentara sus consideraciones acerca de este género informativo. Sus pensamientos sobre este asunto y de otros han quedado recogidos en un maravilloso libro, Notas de prensa. Obra periodística (1961-1984). Detro de él hay dos textos en los que el colombiano reconoce su aversión a las entrevistas. Se titulan ¿Una entrevista? No, gracias y Está bien, hablemos de literatura . En el primero de ellos insiste en la necesidad de la complicidad, algo que hoy aterra a los periodistas de raza. “El género de la entrevista abandonó hace mucho tiempo los predios rigurosos del periodismo para internarse con patente de corso en los mangl

No, no y no

Casi todo lo que voy a contarles hoy lo saqué de un artículo que Leila Guerriero publicó en la revista El Malpensante hace un tiempo. En el año 2004 los periódicos argentinos publicaron la historia de Bernard Heginbotham, un británico de 100 años que un día, harto de ver los dolores que soportaba su mujer, entró en la habitación del geriátrico en el que ella pasaba sus días y le rebanó el cuello. Lo detuvieron y lo juzgaron, pero la Corte de Preston decidió que había sido un verdadero acto de amor, que no tenía culpa. El hombre no quería escuchar más hablar de resignación o de piedad y, tras 67 años amando a su mujer, agarró un cuchillo y le quitó la vida. Quizá este ejemplo no sea el más apropiado, pero, sorteando en parte el debate ético, a Guerriero le sirvió para pensar en lo que ha significado decir no a lo largo de su vida. Ella recuerda perfectamente la primera vez que dijo un no rotundo. No soportaba las clases de solfeo a las que, obligada, acudía a diario. Un