No está muy claro quién hizo el cálculo, pero el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero , anunció a principios de esta semana que en los hospitales de las Islas hay 400 camas ocupadas por pacientes que ya han recibido el alta. El dirigente nacionalista, al que automáticamente se le acusó de vincular esa situación con la desastrosa gestión de la sanidad pública, llamó la atención sobre un problema muy grave y que irá empeorando a medida que pasen los años: qué futuro tienen los enfermos crónicos, los dependientes y todos los jubilados que malviven. Es decir, qué hacemos cuando nos hacemos viejos. Su intervención, más o menos acertada según los gustos, habría salido en medios nacionales de cualquier forma, pero la repercusión tuvo mucho que ver con su definición de esta realidad. “Se trata de un problema cultural y nuevo”, aclaró. Es curioso. Numerosos organismos nacionales y foráneos llevan años alertando de las consecuencias del envejecimiento de la poblaci...