Dice la historia que hoy no hay trincheras que surquen la geografía española, ni bandos que bifurquen todo un país. Sin embargo, España libra estos días un nuevo conflicto. Se llama "economía de guerra" y amenaza con dejar a su paso un sector público tan herido como para alumbrar una sociedad con derechos dilapidados. Los presupuestos se han vuelto repentinamente raquíticos, las administraciones hacen malabares para cuadrar las cuentas y el Estado del Bienestar patentado está cerca de ser un sucedáneo de sí mismo. Canarias es el paradigma de estos desastres que se vislumbran en el horizonte: es la comunidad autónoma con mayor índice de paro de toda Europa y su tejido productivo está, por ende, lejos de ser competitivo. A ello hay que añadir que fueron las Consejerías de Educación y de Sanidad las que tuvieron que asumir el recorte al que obligaron los Presupuestos de 2010. Ambos departamentos acaparan más de la mitad del presupuesto total de laComunidad Autónoma y ese hecho l...