Los números, por mucho que se dividan por dos o por tres, siguen siendo muy duros. Hace solo unos días, la consejera de Empleo, Francisca Luengo , cuantificó en 55.000 los parados que se verán afectados por la inevitable disminución de ayudas después de que se aprueben las cuentas estatales para 2014. Su estimación coincidió con la publicación de un informe de la agencia Randstad que coloca a Canarias como la segunda comunidad con más parados de larga duración y advierte de que el 66% de los desempleados lleva más de un año buscando un trabajo. Seguramente todas las cifras son ciertas. Sin embargo, los porcentajes pasaron disimuladamente por los titulares de los periódicos. La repetición siempre logra ese efecto atenuante: la ausencia de novedad termina por adormecer. Ocurre con todas las tragedias, no importa el tipo. Esa ausencia de novedad es lo que explica que las quejas de los dirigentes canarios se diluyan incluso cuando tienen razón. Hay quien dice que mirar para atrás no tien...