Me fui a Sevilla a estudiar Periodismo hace once años. Entonces no lo sabía, pero tuve mucha suerte. Después de mirar la oferta de muchas universidades pude elegir dónde quería estudiar. No siempre fue así. Uno estudiaba donde nacía, y no era una cuestión estrictamente económica. Te correspondía una universidad igual que te tocaba un colegio en función de dónde vivieras. En Tenerife solo había una universidad, pero en Madrid o en Barcelona la oferta era más amplia. El acceso venía determinado por el lugar donde se hubiera estudiado el COU, ya que cada universidad tenía adjudicados una serie de distritos escolares. En 1986 todo eso cambió: se aprobó un decreto que permitía que cada alumno pudiera elegir dónde se matriculaba: en Madrid, se escogía entre la Complutense, la Politécnica o la de Alcalá de Henares; en Barcelona, entre la Politécnica y la Autónoma. Entonces era una fórmula para luchar contra la masificación de las aulas en las principales comunidades españolas. También el i...