Lo peor del periodismo son los lectores”. Lo dijo Enric González hace algunos meses en una entrevista. No importa qué periódico lea una cada mañana o en cuál escriba. Cuando llega al final de cualquier información y comienza a leer la ristra de mensajes groseros siempre acaba preguntándose lo mismo: ¿a esto se referían cuando decían que la democracia no era solo ir votar cada cuatro años? La crítica de Enric González tiene varias cosas buenas. La primera es que la hace un periodista, es decir, alguien que sabe perfectamente qué es preparar un tema con esmero y dedicación y que un anónimo visitante destroce todo tu trabajo imaginando conspiraciones inexistentes o atacando tu capacidad intelectual. La segunda, que los periodistas, por obligación profesional y, en teoría, vocación, estamos destinados a ser lectores empedernidos de diarios, aunque no siempre lo seamos. Somos, por tanto, tan críticos como criticables. Estos días me ha venido a la memoria aquel momento de valentía, coba...