Chaqueta gris, camisa negra, una guitarra y algo de incertidumbre. Así se subió al ‘escenario’ del aula Magna de la Facultad de Económicas de la ULL Jorge Drexler. Vino invitado por la FundaciónEmpresa de la ULL a disertar sobre la ‘emprendeduría’ - "una palabra que no existe en el diccionario y que precisamente eso es lo que le da su significado"-, pero cantó lo que le pidieron de su repertorio, un capricho de Bob Marley y silbó mucho para suplir la ausencia de banda. Y la sala silbó torpemente con él, después de saber que "hay que perder el miedo al ridículo". Sintetizó su filosofía vital con un carpe diem a la uruguaya patentado por el cantautor doctor en Medicina: con parsimonia y delicadeza, como sus canciones, que destilan tranquilidad, emoción contenida, historia, y, sobre todo, pasión y enormes dosis de espontaneidad. "Hay que estar pendiente a los elementos con que nos toca batallar: una palabra, una vocación o una voluntad. Y de ahí tirar de una madej...