Tiene los ojos de un verde grisáceo y un aire a Albert Einstein, pero prefiere hablar de Darwin y del futuro de la religión cuando la vida sintética alumbre una "nueva" teoría de la evolución. Eduard Punset Casals (Barcelona, 1936), con un brillante currículo que va desde el Derecho hasta la Economía, decidió hace ya muchas décadas que su futuro pasaba por "licenciarse" en ciencia. Tenía todo de su parte: la vehemencia que acompaña a toda vocación. Desde entonces, la divulgación ha sido el objetivo de alguien ansioso por descubrir el funcionamiento más químico de nuestros sentimientos. Ya antes de decantarse por esta faceta, se había desarrollado como hombre político, observando la Transición Española desde un púlpito destacado: participó en el primer gobierno democrático como secretario general técnico y más tarde lideró la apertura del país hacia Europa como ministro. Pero nada lo llenó tanto como conversar sobre las maravillas del cerebro, el avance de la neu...