Es curioso el efecto que tiene el tiempo sobre las palabras. En realidad Jorge Manrique nunca dijo que cualquier tiempo pasado fue mejor. En las Coplas por la muerte de su padre escribió que, a nuestro parecer, cualquier tiempo pasado fue mejor. A Antonio Muñoz Molina, que podría recitar muchos de los versos del poeta de memoria y que no venera el pasado porque sí, le molesta que la gente haya olvidado parte de la letra. Hace años se le ocurrió una variante: cualquier tiempo pasado fue anterior. Y lo argumentaba así: En Nueva York, a principios del siglo XX, cuando en teoría el aire debía de estar envidiablemente limpio por la ausencia de CO2 de los automóviles, había varias decenas de miles de caballos. Las consecuencias ambientales eran pavorosas, teniendo en cuenta que un caballo produce al día una media de 25 kilos de excremento, entre sólido y líquido, y que muchos de ellos morían en las calles y tardaban en ser retirados de ellas. El remedio a esa desgracia fue el transporte púb...