Tony Judt se pasó treinta años escuchando a sus alumnos decir lo mismo. "Para ustedes fue fácil: su generación tenía ideales, podía cambiar las cosas. Nosotros (los hijos de los 80, los noventa, del 2000) no tenemos nada". ¿Por qué? Cuando acabó la Segunda Guerra Mundial, Europa era un territorio devastado por la violencia. El alto el fuego no trajo la tranquilidad: nadie se llegaba a sentir del todo seguro. En menos de 50 años el continente había vivido dos sangrientos conflictos, uno detrás de otro, que no dejaban mucho espacio para la esperanza. Fue en ese contexto cuando empezaron a surgir los sistemas de protección social que hoy conocemos. Tributación a cambio de seguridad. Y funcionó. Es cierto que el mundo cayó en una larga guerra fría donde las dos superpotencias batallaban de otra forma, y también que la carrera nuclear fue la mejor técnica de disuasión posible, pero nadie duda hoy de que el papel de los estados del bienestar fue fundamental en la construcción d...