La pirámide poblacional se reformulará. Los expertos ya advierten de los efectos de este cambio: no existe otra fuerza mayor capaz de determinar el futuro de la salud económica nacional, las políticas públicas y las políticas nacionales como el ritmo incansable al que envejece la sociedad. Este "boom" de la población anciana podrá destrozar presupuestos y decorar una crisis mayor que la que el mundo desarrollado ha afrontado. Algunos gobiernos han empezado a seguir la senda marcada por los economistas. Aumentar el tiempo de cotización, subir la edad de jubilación y entregar "facturas sombra" con el coste que un ciudadano supone para la seguridad social. Ninguna medida ha sido acogida con entusiasmo. Ni las banderas que enarbolan los políticos en pro de hacer más sostenible el sistema a medio plazo ni las epopeyas bíblicas de unos empresarios altivos que quieren que el pueblo llano deje atrás sus logros sociales. Las manifestaciones en Francia han dejado patente qu...